José Maria Gurtubay, hijo de un modesto menestral de Dima, (Arratia -Vizcaya), se fue a Bilbao para ejercer en el negocio de los pellejos y las corambres.
No le marcho bien, así que cambio de negocio y empezó a dedicarse a las importaciones de bacalao procedente de Noruega, Escocia o Islandia.
En 1824 se estableció el Monopolio Estatal del bacalao y el Sr. Gurtubay pensó que el negocio podía resultar fructífero siempre que se importaran pequeñas cantidades que pasaran inadvertidas ante los consumeros y empleados de Hacienda.
A finales del 1835 envió nota a sus proveedores habituales solicitando cien o ciento veinte bacalaos. Escribió, "Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100 o 120 bacaladas primera superior".
Lo malo fue para Gurtubay es que el 100 y el 120 fueron escritos en números. Y tomando la letra "o" por un cero quedaron "1000120". Con lo cual el bueno de Gurtubay recibió un millón ciento veinte bacaladas.
Cuando llegaron a Bilbao, este pobre emprendedor estuvo a punto de suicidarse. Acepto el envió con responsabilidad y resignación y justo cuando estaba más desesperado intentando vender parte del pedido en Galicia y Asturias, Bilbao fue cercada por las tropas del pretendiente don Carlos María Isidro.
Aquel cargamento de bacalao permitió alimentar a Bilbao entera durante el sitio de la primera guerra carlista ...y hacer a Gurtubay poseedor de una inmensa fortuna, una de las fortunas mas grandes de la Villa,
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